jueves, 31 de marzo de 2011
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Amada... ¿cómo me preguntas... si será la manera más hermosa de precisar la finitud de nuestra unión?... ¿quieres un cigarro? (...) bueno, da igual. Mí vida existen momentos en que el devenir toma decisiones que no se pueden revocar; y te aseguro que una de ellas...es ésta, por favor...te pido que lo sientas como yo, o como nosotros, éste baño, tus lagrimas, mi tímida sonrisa. - Sí, si...quizás debo decir que es difícil- pero aquello no es suficiente, nada podrá detener el curso de nuestro amor, de nuestro inmenso amor.
Preciosa, nuevamente te pido que no grites, hay vecinos,hay gente que pasa... uno no sabe que sucede allá afuera; piensa en mí cariño, ¿qué van a decir?, ¿qué van a pensar... si me ven con este puñal en la mano...?. yo sé que nosotros no queremos esperar más, igualmente sé muy bien que eso de buscarte por tus nuevas casas, o de espiarte todas las noches sin poder concretar lo que queremos hacer...no digamos que es algo muy...¿simpático?; hay que comprender que eso ya es cuento pasado, ahora, dediquemos no a vivir estos momentos...; que lindo es nuestro amor...¿no te parece?.
Mí primor... se acabó el cigarro, es necesario dar inicio a nuestra plenitud, tranquila, te ruego que no me desilusiones - acaba ya con ese llanto - no tengas miedo, que primero caminarás tu y luego, caminaré yo hacia la felicidad (...)
Hasta luego, querida.
Tu sangre está en mi piel, tú olor...mí felicidad, que hermoso es todo esto, porque sé que me miras, porque sé que esto tiene que ser así, porque así...seremos felices...
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